Mequinenza

Historia

Los hallazgos de piezas líticas en las cercanías de los ríos permitieron datar la presencia de los primeros pobladores de Mequinenza durante el Paleolítico Medio (80.000/30.000 a. C.).

En el Calcolítico y la Edad del Bronce (2.500/1.000 a. C.) aparece una importante muestra de arte rupestre disperso en abrigos y rocas, se trata de imágenes pintadas en color rojo en las que sólo se representan los trazos básicos de cada figura (Sierra de los Rincones I, Barranco de la Plana I y II…) A estas expresiones pictóricas se suman varios conjuntos de grabados prehistóricos, con motivos labrados en la superficie rocosa (Vallmajor I, Mas de Fayonet y Vallperera). Todo este patrimonio esta protegido como Bienes de Interés Cultural.

El conjunto arqueológico de Los Castellets, es el yacimiento más representativo de la Cultura de Campos de Urnas. Está formado por un poblado con muralla y foso, una necrópolis tumular de incineración y una gran necrópolis tumular de inhumación e incineración, con materiales datados desde el Bronce Medio hasta bien entrada la Cultura Ibérica (entre el 1.500 y el 500 a. C.). La existencia de ambos ritos funerarios a la vez lo convierte en un yacimiento único en la cuenca del Ebro.

ÉPOCA ROMANA

Así mismo los hallazgos de restos de cerámica y monedas por los alrededores del “Poble Vell” y del Castillo de Mequinenza, apuntan a la posible ocupación de este espacio por las tropas de Julio Cesar tras los enfrentamientos con los generales de Pompeyo, Afranio y Petreyo. En las diversas ediciones de la obra, "C. Juli Caesaris rerum ab se gestarum comentari", se hace referencia a la población de Octogesa (Otobesken, Octogesam, Ottogesa, etc.) que diversos historiadores tienen por Mequinenza.

ÉPOCA ISLÁMICA

La mayoría de estudiosos coinciden en aceptar que la voz Mequinenza procede del nombre de la tribu beréber Banú Miknasa. Se atribuye a unos componentes de la misma, provenientes del territorio del norte de África, conocido actualmente como Magreb, quienes la conquistaron o fundaron entre los años 714 y 719 y la denominaron Miknasa az Zaytun.

La cultura islámica supo crear y adaptar los medios y recursos técnicos necesarios para la captación, elevación, almacenamiento y distribución del agua. La vieja huerta de Mequinenza contaba con una magnífica noria o anáfora que perduró hasta quedar sepultada junto con el azud bajo las aguas del pantano de Mequinenza.

Alfonso I llegó a ocuparla el año 1133, fue perdida por su hermano Ramiro II en el año 1136. En octubre de 1149 fue conquistada definitivamente por un ejército cristiano formado por catalanes y aragoneses bajo las órdenes de Ramón Berenguer IV.

LA CORONA DE ARAGÓN

Durante el dominio de los Moncada se produjeron situaciones conflictivas en las que participaron las relevantes familias de los Foix y de los Entenza. Elisenda de Moncada al casarse en 1322 con el rey Jaime II aportó como dote los Señoríos de Seròs y Mequinenza. Parece ser que al fallecer el monarca (1327), la villa pasó nuevamente a la familia Moncada, en concreto a Oto el Viejo, IV señor de Aitona.

El momento local mas destacado de los albores del siglo XV, fue sin duda el llamado "Parlamento de Mequinenza" convocado en pleno "interregno" (periodo que abarca desde la muerte sin sucesión de Martín el humano en 1410, hasta la elección de Fernando I en Caspe en 1412). A lo largo de 1411, los nobles partidarios de la causa de Jaime de Urgell, se reunieron en repetidas ocasiones en Mequinenza como réplica a la convocatoria oficial del conocido Parlamento de Alcañiz (que culminaría en el Compromiso de Caspe en 1412).

ÉPOCA MODERNA

Mequinenza, además de sufrir pestes, hambrunas y rapiñas, vivió diferentes conflictos bélicos: Guerra Civil catalana (1462-1472), Guerra de Secesión (1640-1652) y Guerra de Sucesión (1705-1714).

El duque de Orleans mandó ampliar y fortalecer el firme del antiguo camino paralelo al Ebro para enlazar Mequinenza y Tortosa y así dar protección a las barcazas que transitaban entre ambas poblaciones.

La Guerra de la Independenciaque produjo diversas confrontaciones con el invasor francés. los franceses dirigieron sus fuerzas hacia esta villa por considerarla como una plaza de alto interés estratégico. quien rindió la plaza tras 3 ataques de las tropas francesas y 19 días de asedio.

La importancia de esta plaza para los franceses fue tal que su nombre, junto a otras conquistas de Napoleón, figura de forma destacada en el Arco de Triunfo de París.

EL SIGLO XX

La explotación del lignito en las minas de Mequinenza (que había empezado a mediados del S.XIX), tuvo un auge determinante durante la I Guerra Mundial, ya que en los años de la contienda se llegó a multiplicar por 5 la producción de carbón de años anteriores.

El fin de la guerra supuso un retroceso para la industria minera de la zona. Algunas explotaciones cerraron y la marcha de mineros supuso un descenso del 20% de la población. La villa contaba entonces con seis fábricas de aceite, dos de harina y una de regaliz.

El puente, situado a unos 300 m de la confluencia del Segre con el Ebro, fue diseñado por el ingeniero Alejandro Mendizábal e inaugurado el 25 de marzo de 1929.

Tras varios proyectos fallidos, el Instituto Nacional de Industria (INI), creado tras la Guerra Civil, encargó a la Empresa Nacional Hidroeléctrica del Ribagorzana S.A. (ENHER) los proyectos de embalses de Mequinenza y Ribarroja. El primero de ellos fue construido entre 1957 y 1964, dando lugar a una enorme masa de agua conocida como el Mar de Aragón. La central hidroeléctrica de Mequinenza es la mayor de la Comunidad Autónoma de Aragón. Tiene una potencia instalada de 324 MW, lo que supone un 27 % del total de la región.

Iniciadas las obras de la presa de Mequinenza, comenzaron los trabajos de acondicionamiento del embalse de Ribarroja, aguas abajo del Ebro. Esta obra tuvo gran rechazo por parte de los vecinos de Mequinenza, que lucharon para evitar la inundación de su localidad. A pesar de la contestación social, la obra fue terminada en 1969 con las temidas consecuencias.

Fuente: www.mequinenza.com