Fraga

Presentación

Cuando menos te lo espera, la capital milenaria, llena de vida, comercio y acción, llamará toda tu atención. En Villa Fortunatus descubrirás las huellas romanas, la pisadas del tiempo te llevarán a ver a los Templarios y contemplar el Islam.

Población 14.926 habitantes  (2014)

Superficie 437,64 Km2

Altitud 120 (a.s.n.m.)

Cabecera de Comarca

Partido judicial de Fraga (Juzgado de 1ª Instancia e Instrucción)

Tlf. Ayuntamiento 974470050

www.fraga.org

Capital de la comarca del Bajo Cinca, Fraga se sitúa en el extremo sureste de la provincia, en el último tramo del valle del Cinca próximo ya el río a su unión con el Segre. Con 118 m. de alt., Fraga tiene un clima mediterráneo-continental con temperaturas medias anuales de 14,7° y medias de precipitación de 348 mm., recogidos en primavera y, sobre todo, en otoño. De origen ibérico, con vestigios romanos en sus cercanías, y con un claro protagonismo en la historia de la reconquista aragonesa, Fraga, ciudad por concesión de Felipe V en 1709, es cabeza de un partido judicial que abarca además del suyo, quince municipios alineados en su mayor parte en los bajos valles del Alcanadre y del Cinca. Es paso obligado en las comunicaciones Aragón-Cataluña (está a 115 km. de Zaragoza y a 25 de Lérida) a través de la carretera N-II y de la autopista del Ebro, que cruza su término algunos kilómetros al sur de la ciudad. Otras carreteras la comunican fácilmente con la capital de la provincia (de la que le separan 105 km.), con el valle del Cinca, La Litera, el Bajo Aragón, etc. Con más de 13.000 habitantes (cifra que sólo superan en la provincia, aparte de la capital, Monzón y Barbastro), a diferencia de lo que ocurre en la mayor parte de los pueblos aragoneses, Fraga tiene una línea claramente ascendente. Su estructura demográfica es de las más jóvenes de la Comunidad Autónoma, el 20 % de la población tiene menos de 15 años y sólo el 15 % supera los 65 años. Aunque la ciudad ha creado importantes infraestructuras industriales (actualmente mantiene 9 polígonos), su actividad principal sigue siendo la agricultura. Tiene censadas 33.000 Ha. de tierra, de las que se labran más de 13.000, de las cuales 6.920 (más del 53 %) se han transformado en regadío. La explotación se realiza casi totalmente en régimen de propiedad y en pequeñas explotaciones, pero con un sistema de explotación muy intensivo. Se dedican importantes extensiones a cereal, pero lo más característico de la agricultura fragatina son sus frutales (peras y melocotones fundamentalmente).

Como complemento, la ganadería cuenta con una cabaña de unas 14.000 cabezas de ovino (20.000 a finales de los años setenta), 2.852 cabezas de bovino (750 a finales de los setenta), 4.000 cerdas de reproducción y más de 185.000 porcinos de cebo, junto a esta cabaña cuenta con más de 2.700.000 broilers. La agricultura y ganadería sigue concentrando a más del 20 % de los ocupados, por encima de la industria (el 18 %) y la construcción (el 12 %), sólo los servicios ocupan a un mayor volumen de trabajadores (el 49 %). De acuerdo con estos datos, Fraga se manifiesta como una población con un fuerte potencial agroganadero, que debe utilizar abundante mano de obra de temporeros, junto a una vocación de ciudad de servicios que atiende, como se ha avanzado, a una población que supera sus propios límites comarcales, incluso con proyección hacia Lérida con cuya ciudad y provincia mantiene intensas relaciones económicas y culturales.

Como cabeza de partido judicial, comarcal y supracomarcal, o subregional, centra una comarca, o territorio, a la que ofrece una serie de servicios comerciales, sanitarios, hoteleros, de transportes, etc. El plano de Fraga presenta dos sectores absolutamente diferenciados a los que separa el Cinca, cruzado, en este sector, por dos puentes. En la margen izquierda, el núcleo tradicional asciende desde la misma orilla del río hasta la zona de enclave del castillo. Es un conjunto típico medieval, con calles muy estrechas de trazado irregular en las que a veces las casas presentan fuertes diferencias de nivel (incluso de varios pisos) entre las distintas fachadas.

Se conservan todavía grandes caserones con galerías, aleros labrados, ventanas con arcos apuntados, generalmente en situación muy precaria. Es el sector en que está situada la Parroquia (construida sobre la antigua mezquita). Destaca por su amplitud la línea seguida por las calles de San Quintín y, sobre todo la de Barrón (el centro comercial) y la plaza de España, donde está el Ayuntamiento. El barrio de Atarazanas es, quizá, el recuerdo del antiguo embarcadero de la ciudad. En la margen derecha del río, Fraga ha crecido desahogadamente, con un plano que se hace más regular a medida que aumenta su extensión.

Se comenzó construyendo alrededor de la carretera vieja, convertida en calle comercial desde que se construyó el desvío de la carretera general, a lo largo de la cual sigue creciendo la ciudad. La historia de Fraga se remonta a la Edad de Piedra, a juzgar por los hallazgos arqueológicos registrados en su término municipal. Durante la II Edad del Hierro, Fraga fue región de los ilergetes. En su término se localizan con frecuencia restos diversos que hablan de un pasado amplio e intenso en cuanto a poblamiento. El hecho de hallarse en cruce de caminos y tierras feraces hace del enclave un punto privilegiado.Quedaría la huella árabe con caracteres más indelebles, hasta el punto de haber llegado a nuestros días. El trazado urbanístico de Fraga responde a la concepción árabe de la construcción, con casas de adobe, que aún es posible contemplar en algunas zonas. Hay dos barrios bien diferenciados: el viejo, en lo alto del cerro, y el nuevo, a orillas del río. En las Atarazanas hubo un astillero de barcas para el Cinca. Son particularmente evocadores los edificios de la casa de Junqueras, el palacio del gobernador, el de los escolapios y otros muchos de carácter gótico, correspondientes a los siglos XVI y XVII.


Fraga es la capital de la comarca, en la que se han encontrado numerosos indicios de asentamientso humanos desde la más
lejana prehistoria.


Hasta 1149 la ciudad permaneció bajo dominio musulmán, y de esta época se conservan el urbanismo del caso histórico, las acequias de la huerta vieja y las influencias en el vestido tradicional.